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Una DJ de diez años hace música con los datos de la Estación Espacial Internacional

Caitlin Hewins podría hacer bailar hasta desfallecer a toda una rave party. O cobrar miles de euros por una sesión en alguna discoteca de moda en Ibiza. Podría… si no fuera porque Caitlin no tiene edad para entrar en locales nocturnos ni mucho menos para asistir a una rave. A los diez años, su presencia llamaría menos la atención en un parque de bolas que en un festival de música electrónica. Aunque muy probablemente ella preferiría estar en el segundo lugar.


La pasión de Caitlin por la música electrónica viene de lejos. Cuando la mayoría de niños están dándole vueltas a lo de la taza y la tetera de los Cantajuegos, ella ya agitaba su cabeza al ritmo de los sintetizadores. Semejante pasión, aunque cayó en terreno propicio, no nació por generación espontánea: es una fiebre compartida con su progenitor quien ha alentado y facilitado que la pequeña desarrolle su talento. De hecho, fue su padre, Gavin, quien le ayudó en la construcción de lo que bautizaron como Mad Music Machine (máquina de música loca) como un proyecto para el colegio, un sintetizador modular instalado dentro de una cómoda de IKEA. Gracias a este invento, cualquiera puede acceder a las nociones básicas de síntesis en un entorno divertido, jugando con ritmos, frecuencias y variaciones.

Y lo cierto es que viendo a Caitlin en el canal de
YouTube que lleva el mismo nombre que su invento, hacer música electrónica parece un juego de niños, por más que la mayoría de nosotros nos volveríamos un poco locos entre tantos cables, botones y clavijas. “Al principio lo único que hacía era girar los mandos y poco más. Ahora es mejor porque puedo entender cómo funcionan las cosas y es más fácil hacer música” explica. Para Gavin la tecnología “nos ha ayudado como familia, Caitlin y yo nos divertimos juntos haciendo los vídeos y se ha convertido en una actividad que une”. Estos con los que ambos se divierten, han ido creciendo a medida que lo hacía también la máquina musical: cada vez hay más módulos y son más complejos, puesto que básicamente requieren el montaje de un sintetizador nuevo en cada uno de ellos. Gavin compagina su trabajo como ingeniero aeronáutico con la coordinación de clases extra escolares en las que enseña programación. Pero además gestiona día a día su negocio personal, que creó junto a su mujer: Visit Horsham, una página de Facebook que se ha convertido en la referencia principal de ocio y eventos de la ciudad donde viven los Hewins.

La pasión de Caitlin y Gavin les ha llevado a mostrar su trabajo en distintos lugares y su música ha alcanzado, literalmente, el espacio. Caitlin ha recopilado datos de la Estación Espacial Internacional y los ha utilizado para crear una línea de bajos en el sintetizador. Es, sin necesidad de recurrir a metáforas, música espacial.

Con la serie “Familias conectadas” queremos saber qué pasa cuando la tecnología se integra en el hogar. Investigar cómo afecta al ritmo de estudios, al ocio, al trabajo, a la cultura… Pero sobre todo cómo modifica las relaciones humanas y qué hacer para que conseguir una interacción natural entre todos los miembros de la familia y las máquinas.

Fuente y texto: elfuturoesapasionante

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